jueves, 5 de julio de 2007

Palabras vacías

Era 19 de abril, el año, 2007. Un día normal, salvo que se celebraba el inicio del proceso de independencia del país en 1810. Por ser un día feriado y libre de trabajo (de oficina), pude quedarme un rato en la cama y holgazanear un poco, encender la TV, darme un paseo por lo canales de televisión y tratar de encontrar algún programa interesante..., hasta que me tropecé con el canal del Estado. Lo que estaban transmitiendo en este canal no me parecía particularmente interesante, sólo que quería sondear qué clase de evento estaban cubriendo; al fin y al cabo, era el día del inicio de la independencia, un día importante en el que se conmemora la fecha en que el país recuperó su soberanía de las manos del yugo español.

La transmisión cubría un evento, que asumí tenía que ver con la conmemoración de este día, como corresponde. Hay un orador. El orador habla a una audencia, hay un discurso. De repente, sin previo aviso soy bombardeado con las disertaciones políticas habituales: el orador, un tipo por supuesto adepto al gobierno (un vice-algo de no-sé-qué), empieza a hablarnos del imperio (norteamericano), del neoliberalismo (salvaje), del hambre y la miseria que ha traido al mundo el sistema capitalista, de la necesidad de acabar con todo esto... De la independencia que nos garantizará el Banco sel Sur del sistema capitalista y de los poderes del norte y el FMI... De la soberanía de la nación, siempre amenazada por potencias extranjeras (es decir, el imperio)... De la libertad que este gobierno nos traerá, pues no nos dejaremos pisotear por otras naciones (o al menos no las mismas de antes).

Independencia, soberanía, libertad... Palabras tan profundas, tan cargadas de significado y humanidad, y tan manipuladas, masticadas y regurgitadas. Siempre he pensado en la política como en un juego de poder, que el poder corrompe, y que la corrupción desintegra lo que toca, incluso las palabras y el significado que encierran.

En fin, hago a un lado el evidente oportunismo, la obstinada propaganda política, y trato de analizar el discurso. Obviamente, pensé, el sistema que proponen es mejor.

Mejor...

Si bien el sistema democrático/capitalista tiene su historia turbia, el sistema comunista, o ese sistema que ya nuestro jefe de Estado no sabe cómo apodar, tiene una historia bastante negra que poco tiene que ver con la independencia y la libertad (no hablemos ya como nación sino como individuos, pues no olvidemos que los individuos conforman una nación).

Siempre he escuchado que la teoría tras el comunismo es hermosa, así como por supuesto también lo es la teoría que sustenta la democracia, pero bien sabemos que entre la teoría y la práctica suele haber un trecho insalvable que casi impide la asociación de la una con la otra. Somos humanos, la subjetividad nos mata, así que tomamos la teoría e interpretamos todo como mejor nos parece, y eso es lo que ponemos en práctica.

Es así como el comunismo tiene como estandartes figuras como Mao Tse-tung, que estuvo cerca de acabar con los vestigios de la cultura ancestral china y todo su legado cultural, artífice a su vez de la invasión del Tibet, o como Stalin, que tanto habló sobre el proletariado y que terminó disparando contra su propio pueblo. ¿Es esto libertad, soberanía, independencia? Supongo que sí, pues hicieron lo que se les antojó dentro de sus fronteras, sin intervención de potencia extranjera alguna..., que el pueblo dentro de esas fronteras sufriera las consecuencias es otro tema.

La conclusión fue que, así como no existen verdades absolutas, sobran los personajes que tratan de manipular las masas con sus verdades a medias, ensalzándolas, repitiéndolas, ajustándolas a la ocasión.

Varias semanas después, el 27 de mayo, culmina el período de concesión que había sido otorgado a una compañía televisiva, que operaba desde hace 50 años sobre el canal 2 del espectro radioeléctrico, negándosele la renovación de dicha concesión..., lo que, según personeros del gobierno, técnicamente no representó el "cierre" del canal, pues podían seguir operando con absoluta normalidad, claro, sin equipos de transmisión ni señal sobre la cual transmitir...

Su pecado: según el gobierno, ser un canal golpista cuya programación atentaba contra la moral; en la práctica, tener una programación promedio similar en contenido moral a la del resto de los canales, pero cuyo contenido noticioso y de opinión tenía fuertes tendencias opositoras.

El argumento: el presidente..., perdón, el pueblo..., así lo quiso. Decisión soberana, independiente y libertaria.

Ante este suceso, varios grupos de estudiantes de diversas universidades se manifestaron en contra de la medida. Inmediatamente surge la contraparte oficialista ante tal movimiento, con "sus" estudiantes manifestándose en contra de los contrarios al gobierno (algo así como una contraofensiva, en términos militares, tan populares en esas esferas).

Las pronunciaciones por parte del gobierno no se hacen esperar: las mentes de estos estudiantes disidentes, obviamente, están siendo manipuladas por potencias extranjeras enemigas del país..., pues, al parecer, estos jóvenes no tienen derecho a tener una opinión propia que no le sea conveniente al gobierno. Básicamente, quien tiene criterio propio opinará como ellos y tendrá su misma línea de pensamiento; si opinas distinto, será porque estás siendo manipulado. Lógico, ¿no? No.

Hoy es 5 de julio. Este día se celebra la declaración oficial de la independencia de la nación. Tal día como hoy, en 1811, Venezuela pasó a ser una república soberana, libre... O eso dice la historia.

El día que la demagogia y el exceso de paroxismo pseudo-patriótico dejen de ser el sustento de los gobiernos de turno, que las palabras tengan su justo valor y la diversidad de opiniones sea realmente respetada (sin adjudicarse a una opinión adversa un origen "extranjero"), ese día, este país será un país verdaderamente independiente, soberano y libre.

5 comentarios:

Ysi Chas dijo...

Caramba, así se habla!...

Anónimo dijo...

Me parece un buen análisis de la actualidad político-social en la que nos vemos envueltos involuntariamente.

Pienso que esta revolución avanza hacia la destrucción de los valores y cimientos de nuestra sociedad, contra el origen mismo de la nación. El medio: la reforma constitucional emprendida en secreto por el ejecutivo nacional.

Todo dictador necesita su propia carta magna para basar sus atropellos en las leyes, y poco a poco se ha cumplido esto a cabalidad.

Para todos es evidente el ataque contra los íconos nacionales y la tergiversación de nuestra historia (bandera, escudo, moneda, próceres, batallas, etc.). Al igual que en otras "revoluciones", se pretende imponer el cambio de valores e historia por un cuento irreal ajustado a las pretensiones mezquinas de un "líder" populista.

Es un círculo interminable de odio, rencor, división, imposición y, cinismo; alimentado con un discurso vacío de hegemonía nacional, basado en un antagonismo contra el imperialismo.

El no ser conforme a ninguna postura política o ideología ajena a mis principios y valores, me ha llevado a ser -al igual que tú- un reflexivo más de la realidad. Aceptando los cambios por el bien común y, rechazando contundentemente las imposiciones de ideales descompuestos, descubiertos tan crudamente por las historias contemporáneas de otros países.

Saludos JF, tienes un buen blog!

Anónimo dijo...

Yo me pregunto: ¿ese presidente no ganó las elecciones democráticamente? ¿la constitución nacional no se reforma con el voto de todos los ciudadanos?
No pretendo opinar en contra de lo que se dice en este blog (pues ni siquiera fui invitada a leerlo, caí de casualidad), sino que no entiendo cómo un presidente electo puede tener tanta oposición; digo, ¿hay gente que lo apoya? ¿es la mayoría?
Un saludo desde Montevideo.
Marjorie

JF dijo...

Marjorie, tanto tú como cualquiera que desee leer o comentar sobre las entradas de este blog está invitado a hacerlo: sólo pido que se haga en un clima de respeto, como tú misma lo has hecho.

Respecto a tus preguntas..., sí, este presidente ganó "democráticamente" las elecciones (aunque yo mismo mantengo mi duda acerca de la legitimidad de los resultados sobre el referendo revocatorio), la constitución se reforma con el voto de todos (aunque la manipulación sobre los votos y el mecanismo sigue siendo factible y hasta palpable, y el descaro de su negación obstinado), y definitivamente un presidente electo puede tener mucha oposición, pues aunque la "mayoría" vote por él, la "minoría" puede presentar una diferencia numérica muy pequeña, al menos ne nuestro sistema de elecciones.

La verdad es que responder a tu pregunta de si es la mayoría de la gente la que lo apoya se me hace muy difícil en esta realidad tan surreal, rodeada de propaganda descarada y omnipresente, manipulación de la información en favor o en contra del gobierno, junto con mi pequeño trozo de realidad que no es más que una porción del todo (debo admitirlo).

Lo que sí te puedo decir es que, minoría o mayoría, todos tenemos derecho a pensar por nosotros mismos, elegir lo que queremos, y disidir con lo que no estamos de acuerdo, sin que se nos denigre o maltrate de ninguna forma, pues es eso una democracia real, no sólo votaciones y reformas.

Gracias por tu comentario, y no dudes en expresar tu opinión sobre lo que escribo o sobre el tema que trato cuando lo desees. Siempre estarás invitada. Lamento que no hayas dejado alguna información de contacto para responderte a ti directamente tus preguntas.

Anónimo dijo...

Entiendo que no todo el mundo puede estar de acuerdo con el gobierno de su país, sobre todo si el presidente utiliza un discurso populista, pero hay algo que me hace desconfiar de la oposición también, y es que, al menos en la información a la que tengo acceso, me parece percibir una subestimación por el venezolano que ha votado a ese presidente (aclaro que no es tu caso).
Marjorie