martes, 1 de enero de 2008

Confianza

Si tú no tienes confianza en ti, ¿quién la tendrá?

La autoestima sana es algo tan delicado, un punto exacto entre el aprecio por ti mismo y el conocimiento (y reconocimiento) de tus defectos y tus límites. ¿Pero cuándo la confianza en ti mismo se hace demasiada y comienzas a desconocer tus propios límites? Y esos límites, ¿existen? ¿Cuándo dejas de confiar en ti mismo por ver límites que no existen?

Me gustaría tener las respuestas. Me gustaría tener las respuestas de tantas preguntas, pero no las tengo. En ocasiones creo tenerlas; otras veces siento que cada vez estoy más lejos de ellas, como si algo que no puedo ver o describir me detuviera..., mis límites, esos límites que ya no sé si existen o no existen, pero que su sola sugerencia los hace más fuertes que yo.

Creo que todos tenemos el potencial para ser nuestros mejores amigos, pero ese mismo potencial lo tenemos para ser nuestros peores enemigos. Ausentarme de mí mismo, desconocer lo que me rodea, protegerme de mí y de los fantasmas que me siguen, a veces todo eso es lo mismo, pero la amenaza continua permanece, latente, compañera.

Creo que todos tenemos ráfagas de iluminación en nuestras vidas, momentos en los que vemos con claridad más allá de nuestros "límites", de nuestros miedos..., momentos en los que captamos siluetas a contraluz, cercanas y lejanas a la vez..., momentos en los que nos acercamos a esas siluetas, en los que sólo nuestro peor enemigo nos puede detener.

Creo..., quiero creer, quiero crear, quiero darme cuenta de que no existen límites, aunque existan; quiero ver sin luz, oír el silencio; quiero saber qué quiero, un objetivo, un fin..., un fin que me de continuidad.

Quiero..., quiero confiar en ello, y que nada más me importe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los límites se los pone uno mismo. Como seres humanos inmersos en una sociedad que ahoga, dejamos que lo que nos rodea influya en nuestros pensamientos y nos pongamos nosotros mismos esas barreras que nos frenan de lograr algunos de nuestros más preciados sueños. Debemos desprendernos de lo que está afuera, confiar más en lo que llevamos dentro y dar rienda suelta a nuestros pensamientos, olvidando en que ahi afuera hay gente juzgando.

Anónimo dijo...

Buscar un fin es probablemente estúpido. Busca metas a corto plazo que sean factibles y que mantengan tu interés por la vida. Lo importante es el camino. Mientras tanto, contemplemos el paisaje.