sábado, 5 de enero de 2008

Principios [II]

Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho [...]
El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer.

(Extracto de makoto - sinceridad -, del código del Bushido)

Principios [I]

Miyamoto Musashi, o Shinmen Musashi no Kami Fujiwara no Genshin, fue un samurai del Japón feudal, un ronin, o "samurai sin amo". Su primer duelo fue a los 13 años de edad, y antes de alcanzar la treintena ya había tenido combates con más de sesenta espadachines. Según dice la leyenda, nunca perdió un duelo; tal vez el hecho de que estuviera vivo a edad avanzada, época en la que escribió El libro de los cinco anillos, respalda esta versión de la historia. También en ese período, en el que se retiró de la vida de guerrero, llegó a ser un prolífico pintor de Sumi-e, escultor de la madera y el metal, y caligrafista.

Hace un par de años pude leer El libro de los cinco anillos, específicamente la edición en inglés de Bantam Books, The Book of Five Rings, edición que, dicho sea de paso, recomiendo por su excelente introducción, en la que los traductores sitúan al lector en el cotexto histórico de Musashi, tocando temas como el Zen, el "camino del guerrero" (o Bushido) y el Heiho de Musashi.

El Heiho, básicamente, es el camino que escogió Musashi para alcanzar la iluminación; si la alcanzó o no, lo desconozco, pero por lo que he sabido de él a través de su libro y otras lecturas, tengo la impresión de que alcanzó un nivel ético y espiritual bastante elevado.

El Heiho, según era concebido por Musashi, se sustenta en 9 principios:

PRIMERO
No abrigar intenciones malignas.

SEGUNDO
Perseguir diligentemente el camino del Niten Ichiryu

TERCERO
Cultivar un amplio rango de intereses en las artes.

CUARTO

Ser conocedor de una variedad de ocupaciones.

QUINTO
Ser discreto respecto a los acuerdos comerciales.

SEXTO
Cultivar la habilidad de percibir la verdad en todos los asuntos.

SÉPTIMO
Percibir aquello que no puede ser visto por el ojo.

OCTAVO
No ser negligente, incluso en asuntos triviales.

NOVENO
No ocuparse en actividades inútiles.

Considerando que ésta es una traducción al español de una traducción al inglés de un texto del siglo XVII en japonés, espero que estos principios reflejen el espíritu original que imprimió Musashi en ellos, pues aunque son muy cortos y sencillos ya sabemos cuánto se pierde en las traducciones (más que en la guerra, sí).

Si bien algunos de estos principios no parecen estar muy relacionados con una búsqueda de la trascendencia espiritual, sin duda tienen sus bases en los mismos principios del código del Bushido, principios morales que seguían los samurais, que regían su conducta, y que son un modelo de ética que, tal vez, pueda seguirse en el mundo actual sin que esto constituya una total utopía.

From one thing know ten thousand things
Miyamoto Musashi

martes, 1 de enero de 2008

Confianza

Si tú no tienes confianza en ti, ¿quién la tendrá?

La autoestima sana es algo tan delicado, un punto exacto entre el aprecio por ti mismo y el conocimiento (y reconocimiento) de tus defectos y tus límites. ¿Pero cuándo la confianza en ti mismo se hace demasiada y comienzas a desconocer tus propios límites? Y esos límites, ¿existen? ¿Cuándo dejas de confiar en ti mismo por ver límites que no existen?

Me gustaría tener las respuestas. Me gustaría tener las respuestas de tantas preguntas, pero no las tengo. En ocasiones creo tenerlas; otras veces siento que cada vez estoy más lejos de ellas, como si algo que no puedo ver o describir me detuviera..., mis límites, esos límites que ya no sé si existen o no existen, pero que su sola sugerencia los hace más fuertes que yo.

Creo que todos tenemos el potencial para ser nuestros mejores amigos, pero ese mismo potencial lo tenemos para ser nuestros peores enemigos. Ausentarme de mí mismo, desconocer lo que me rodea, protegerme de mí y de los fantasmas que me siguen, a veces todo eso es lo mismo, pero la amenaza continua permanece, latente, compañera.

Creo que todos tenemos ráfagas de iluminación en nuestras vidas, momentos en los que vemos con claridad más allá de nuestros "límites", de nuestros miedos..., momentos en los que captamos siluetas a contraluz, cercanas y lejanas a la vez..., momentos en los que nos acercamos a esas siluetas, en los que sólo nuestro peor enemigo nos puede detener.

Creo..., quiero creer, quiero crear, quiero darme cuenta de que no existen límites, aunque existan; quiero ver sin luz, oír el silencio; quiero saber qué quiero, un objetivo, un fin..., un fin que me de continuidad.

Quiero..., quiero confiar en ello, y que nada más me importe.