domingo, 25 de marzo de 2007

Needs

Collective Soul



All around me I see what weakness has made
Too much tomorrow I think I'll take all today
Am I a poison, am I a thorn in the side
Am I a picture, perfect subject tonight

[Chorus]
I don't need nobody
I don't need the weight of words to find a way
To crash on through
I don't need nobody
I just need to learn the depth
Or doubt of faith to fall into

Here I slumber to awaken my daze
I find convenience in this savior I save
Am I a prison, am I a source of dire news
Am I a picture perfect reason for you

[Chorus]

In this time of substitute
It's my needs I've answered to (all the while)
And the hope that I invest
Still turns to signals of distress (all the while)

[Chorus]

You're all I need
When the water runs deep
You're all I need
Now I cry my soul to sleep
You're all I need [4x]

domingo, 4 de marzo de 2007

Entendiendo la mente (o el alma) humana

Los humanos, por definición, no somos lineales. Hay teorías sobre la predicción del comportamiento humano, pero si me preguntan a mí, les diré que no somos más predecibles que el clima. Para siquiera medir el comportamiento humano necesitaríamos tomar en cuenta demasiados factores. Llegaríamos a obtener un polinomio con demasiadas variables de las cuales, la mayoría, serían incógnitas. Bienvenidos a la matemática del caos.

Nuestro viaje por la vida es esencialmente caótico, ¿o acaso creen que es casualidad que lo único constante es el cambio? Alguien me dijo alguna vez que un científico, en alguna parte, dijo que había cierto orden en el caos. Así que aún el caos es ordenado... Yo diría que aún el orden es caótico.

La impredecibilidad nos caracteriza. Aún la más estable entre nuestras mentes tiende a la inestabilidad, porque en el completo control, hay desequilibrio. Si todo lo que hiciéramos estuviera medido, calculado, no cometeríamos errores, y dejaríamos de ser humanos. No olvidemos que la perfección no es nuestro atributo..., de hecho, sería nuestra condena.

Hay una película que plantea esto de una manera muy directa y, a la vez, sutil: Crash; si no han visto la película, no deberían seguir leyendo este párrafo, pues realmente les arruinaría la trama y sería una lástima, pues la recomiendo. Una de las historias que plasma esta película es sobre un par de policías, que en un principio vemos como los clásicos personajes arquetipados que nos suelen mostrar las películas de Hollywood: el policía "abusivo", y el "honesto". El policía honesto, como es de esperarse, se horroriza ante la actitud prepotente y prejuiciosa de su compañero, el policía abusivo, mientras este último simplemente se limita a hacer lo que mejor sabe hacer: abusar de su poder y esgrimir sus concepciones sesgadas y racistas como justificación. Sin embargo, a medida que avanza la historia, cada personaje se ve envuelto en una situación extrema diferente: la primera, dar el aventón a un joven afroamericano y terminar matándolo por presentir un ataque que nunca iba a llegar, para luego abandonar su cadáver en medio del camino; la segunda, salvar la vida de una mujer afroamericana envuelta en un accidente automovilístico. Si creen haber adivinado qué personaje participa en cada situación, bastará con decir que nuestro policía abusivo termina rescatando a una mujer en una situación bastante peligrosa, llegando a arriesgar su propia vida.

Es definitivo que el universo tiende al caos y nosotros, ineludiblemente, formamos parte de él.

sábado, 3 de marzo de 2007

Soledad, esa compañera fiel

Imagina que estás con una persona que quieres, que de una u otra forma sientes cercana. Imagina que la tienes cerca físicamente, que pueden verse gestos, oirse palabras y captarse su entonación..., miradas, olores, sensaciones. Imagina que quieres estar con esa persona, que en realidad lo deseas, pero que, aunque esté "ahí" a tu lado, simplemente no lo está; de repente, sientes que no sabes dónde estás tú, o dónde está esa persona que tienes justo en frente. Ahora imagina que sientes que lo que digas o hagas no importa, que nada de eso le comunicará algo. Que empiezas a enmudecer porque sientes que las palabras carecen de sentido, que no transmiten lo que quieres, que transmiten nada. Que tus gestos se enfrían porque ya tu propio rostro siente un peso casi insoportable que le impide moverse. Imagina que empiezas a sentir un abismo, un vacío... Imagina que conociste a Soledad.

En las relaciones humanas nada importa la "cercanía", si no hay conexión, no hay enlace, no hay comprensión..., nada. Creo que ya todos sabemos que podemos estar rodeados de personas y sentirnos solos, tan solos como si estuviéramos en una isla desierta. Y a veces está bien, a veces eso queremos..., desconectarnos del mundo, adentrarnos en un proceso de introspección, o tal vez introversión, buscando algo dentro de nosotros mismos. Pero como humanos siempre estamos necesitados de compañía, sentir empatía con alguien, encontrar alguien que nos complemente en algún nivel; al fin y al cabo, la plenitud se logra con la unión de lo que se complementa, ¿o no es así?

Sólo sé que no sé nada, dijo Sócrates alguna vez. Sólo sé que no siento nada... Y es que, ¿cómo sentirse cuando no sabes qué sentir? ¿Frustración, desasosiego, tristeza..., soledad? Si no hay comunicación, no hay nada. Increíble esto en la era de la comunicación, pero creo que esa palabra se queda grande, y que solemos perdernos en su verdadero significado; que nos olvidamos del elemento clave en la comunicación: la comprensión. Sin empatía no hay comprensión, sin comprensión no hay comunicación, y sin comunicación no hay compañía. Simple.

Y no hablo de comunicación solamente con palabras..., a veces, el silencio puede comunicar mucho más. A veces, el silencio conforta. Empatía, sólo eso se necesita. Comprensión.

¿Cuántas veces más te tienes que sentir así, para despertar? ¿Es convivir con la soledad la solución, o hay algo que se te escapa? Haciendo referencia a un documental (muy bueno) sobre física cuántica y espiritualidad, llamado What the bleep do we know?: no somos víctimas de lo que vivimos; en algún lugar de nuestra consciencia escogemos todo lo que nos rodea, y tenemos la posibilidad de cambiarlo.

Cambiarlo...

Imagina que estás frente a esa persona que quieres y que, al estar con ella, sientes una comunión que casi te acerca a lo divino. Que sientes que hay comprensión, que sientes que desea tu compañía tanto como tú la suya, de verdad. Imagina que te sientes pleno, y que no sientes que eres un vagabundo en un mundo al que no perteneces; que eres parte de algo.

Sólo imagina...

Escrito el 15/07/2006, un sábado
en otro sitio, de cuyo nombre no quiero acordarme